El tratamiento consiste en la administración de toxina botulínica tipo A, un agente neuromodulador que bloquea la liberación de acetilcolina en las terminaciones nerviosas, inhibiendo de forma temporal la contracción muscular. Esto resulta en la atenuación de arrugas dinámicas, como las líneas de expresión en la frente, el entrecejo, las patas de gallo, arrugas de fumador, entre otros. Además, es eficaz en el tratamiento de diversas condiciones como la hiperhidrosis (exceso de sudoración), el bruxismo (rechinar de dientes) y la disminución de la sonrisa gingival, así como otras aplicaciones terapéuticas. Los efectos son visibles poco tiempo después de la aplicación, alcanzando su máxima eficacia a las 2 semanas, con una duración promedio de entre 3 a 5 meses.
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